lunes, 31 de enero de 2011

Proteccionismo

     Se puede definir a grandes rasgos al proteccionismo como una política económica que se caracteriza justamente por la protección de las economías nacionales ante la amenaza de la importación de productos y bienes de otras economías que actúan como competencias. El proteccionismo implica entonces, entre otras medidas, el aumento de tasas aduaneras y de impuestos a todos aquellos productos que vengan del exterior y que puedan significar algún tipo de amenaza para las industrias nacionales.
     El proteccionismo es junto a la teoría de libre mercado una de las dos formas más utilizadas y a la que los estados nacionales más recurren en determinado tipo de situaciones. Estos dos sistemas económicos son completamente opuestos entre sí y mientras uno le da completa libertad y autoridad al mercado, la otra (el proteccionismo) supone la limitación de la libertad del mercado y el aumento de la injerencia del Estado (como representante máximo de la economía de un país
en el ámbito económico y tributario.
     Para muchos, el proteccionismo es un modo de cubrir a las industrias nacionales frente a los productos internacionales que pueden, por mejor calidad o por contar con precios más accesibles, destruir a la actividad nacional. Sin embargo, para muchos otros pensadores, el proteccionismo es una forma artificial de control que no puede mantenerse por mucho tiempo ya que una nación necesita comerciar con las demás para mantener sus flujos económicos dinámicos y vivos. Al mismo tiempo, una de las principales críticas que se le hace al proteccionismo es precisamente la fuerte presencia estatal que puede en muchos casos volverse autoritaria y arbitraria.
     El proteccionismo es especialmente utilizado por los Estados nacionales cuando se entra en período de crisis económica y se busca así tratar de revitalizar la economía interna a partir de la protección de los bienes y de las industrias.

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